En 10 años al frente del país, Xi Jinping ha acumulado más poder que casi cualquiera de sus predecesores. Además de ser Presidente de la República Popular China y Secretario General del Partido Comunista del país, Xi es jefe del ejército y comandante supremo de las tropas chinas.
Clasificado como tecnócrata, cuando asumió por primera vez la presidencia el 14 de marzo de 2013, su apoyo de base era frágil. Pero en la década transcurrida desde entonces, Xi ha emergido como un nacionalista e ideólogo más fuerte, expandiendo constantemente su poder.
ABOLICIÓN DEL LÍMITE DEL PERIODO PRESIDENCIAL
El 11 de marzo de 2018, la Asamblea Popular Nacional decidió abolir el límite del mandato presidencial introducido en la década de 1980, lo que permitió a Xi Jinping permanecer en el cargo más allá de 2023.
El 17 de marzo de 2018, Xi Jinping fue nuevamente confirmado como presidente y jefe militar. Ese mismo año, la revista Forbes lo eligió como la persona más poderosa del mundo.
En la 6.ª Sesión Plenaria del 19.º Comité Central en noviembre de 2021, se preparó una resolución para el 20.º Congreso del Partido de este año para permitir a Jinping un tercer mandato como secretario general del PCCh. El Comité Central lo equiparó entonces con Mao y Deng Xiaoping.
El 23 de octubre de 2022, el nuevo Comité Central del Partido Comunista votó a favor de la tercera presidencia de Xi Jinping en su primera sesión plenaria. Y, apenas la semana pasada, fue reelegido, también por tercera vez, presidente del país por unanimidad del Congreso del Pueblo Chino. Ocupará el cargo por otros cinco años, hasta 2028.
COVID-19
A finales de 2019 se reportó por primera vez en Wuhan (China) un tipo de coronavirus hasta ahora desconocido, fue el comienzo de la pandemia. En poco tiempo, se implementaron programas de vacunación y estrictas restricciones de movimiento en todo el mundo hasta que los gobiernos comenzaron a relajar las medidas.
A diferencia de otros países, a pesar del daño a la economía y las supuestas críticas internas, Xi continuó implementando firmemente su política de “cero Covid”. Tras protestas sin precedentes en China, las medidas comenzaron a relajarse a finales de 2022.
CENSURA Y VIGILANCIA
Bajo Xi Jinping, la vigilancia y la censura han aumentado, al igual que la propaganda nacionalista. Xi habla repetidamente de “grandes cambios que solo ocurren cada cien años” y de un “resurgimiento chino” que, por supuesto, también incluye lo que Beijing considera una “reunificación” con Taiwán.
Se instalaron cámaras en espacios públicos; Con la constante mejora de las técnicas de reconocimiento facial, su campo de aplicación se ha ampliado para incluir la capacidad de localizar y leer el comportamiento de personas identificables.
INICIATIVA DE LA BANDA Y LA CARRETERA
En 2014, Xi explicó el concepto de la Nueva Ruta de la Seda: las empresas estatales chinas comenzaron a operar en el extranjero. Los proyectos de infraestructura tienen como objetivo matar dos pájaros de un tiro: crear nuevos mercados de ventas y vincular a los gobiernos más estrechamente -a menudo autocrático- de los países objetivo. Dado que la provincia de Xinjiang, habitada por musulmanes uigures, juega un papel clave en la migración hacia el oeste, por esta época comenzaron los informes sobre la brutal represión de la minoría.
DEPENDENCIA OCCIDENTAL
La dependencia de Occidente de China en lo que respecta a la transición energética es evidente: alrededor del 80 por ciento de todos los paneles solares en el mundo se fabrican en China. Alrededor del 50 por ciento del polisilicio, importante para la energía fotovoltaica, proviene de cuatro grandes plantas en la conflictiva provincia de Xinjiang.
Se necesita mucha energía para fabricar células solares, provenientes de centrales eléctricas de carbón. La mitad de las plantas de carbón que se están construyendo en el mundo están en China.
TAIWÁN
Durante su mandato como gobernador de Fujian, Xi continuó trabajando para alentar a los empresarios taiwaneses a invertir en China. En ese momento, apostaba por una apertura a la economía de mercado. Además, bajo Xi, China inicialmente había adoptado una postura más crítica hacia Corea del Norte, mientras que las relaciones con Corea del Sur estaban mejorando. Mientras tanto, sin embargo, amenaza abiertamente con anexar Taiwán y ha intensificado las amenazas militares en la región.
RUSIA
Sin embargo, tras la anexión ilegal de Crimea en 2014, se fortalecieron las relaciones con Rusia. Xi Jinping y el presidente ruso, Vladimir Putin, comparten posturas comunes hacia “Occidente” en muchos aspectos. En julio de 2017, Putin otorgó a Xi la Orden de San Andrés I, la más alta condecoración de Rusia. La medalla fue presentada en el Kremlin el 4 de julio.
DERECHOS HUMANOS
Los 10 años de Xi Jinping fueron 10 años perdidos para el Tíbet y China, según la Campaña Internacional por el Tíbet (ICT).
La conclusión del director gerente del ICT, Kai Müller, es clara: “Bajo Xi Jinping, el Tíbet se transformó en un estado policial totalitario que sirve como campo de pruebas para medidas represivas.
Activistas de derechos humanos temen una intensificación de la represión en China durante el tercer mandato de Xi. La organización estadounidense Human Rights Watch advirtió que la continuación del gobierno de Xi Jinping no es un buen augurio para los derechos humanos en China y en el mundo.
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