Publicado:
1 de marzo de 2023 02:27 GMT
El presidente serbio subrayó que no reconocerá ni formal ni informalmente a la autoproclamada república.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, reveló este martes la presión que experimentó durante las negociaciones sobre el plan de Bruselas para la normalización de las relaciones entre Belgrado y Pristina.
“Dijeron que las consecuencias de rechazar el plan serían detener la integración con la UE. Algunos dirían ‘wow’, y tengo que recordarles que esto significaría la retiro de inversiones. Hoy, 80.000 personas trabajan en fábricas de propiedad alemana. También amenazaron con una serie de otras medidas, entre ellas que Serbia se convertiría en un pariaaislado del mundo”, dijo en declaraciones al canal RTS.

Vucic aseguró que mientras sea presidente no aceptará el reconocimiento formal o informal de Kosovo, ni su ingreso a la ONU.
“Serbia está lista para trabajar en la implementación de muchas cosas en el plan, pero hicimos una gran objeción clara. Eso es lo que dije [Emmanuel] Macron y [Olaf] Scholz en Munich, y todos los grandes líderes. Se trata del hecho de que no podemos hablar de la reconocimiento mutuoreconocimiento y entrada de Kosovo en la ONU”, dijo.
El lunes, la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrellmantuvo conversaciones en Bruselas con el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro de la autoproclamada República de Kosovo, Albin Kurti, sobre el plan franco-alemán.
“A Me parece difícil. Como se esperaba. No debemos rendirnos”, escribió el presidente serbio en las redes sociales.
Por su parte, Kurti tuiteó: “Hoy en Bruselas, ambos acordamos la propuesta de la UE respaldada por Alemania sin cambios. Me ofrecí a firmarla formalmente, pero Serbia ella no estaba preparada. Las negociaciones sobre la implementación vendrán pronto”.
Por su parte, Borrell anunció que los líderes de Kosovo y Serbia acordaron que no son necesarias nuevas negociaciones sobre la propuesta de la UE para la normalización de las relaciones entre ambas partes.
El Servicio Europeo de Acción Exterior publicó el texto del acuerdo en su sitio web.
Principales condiciones del acuerdo
- Los respectivos documentos y símbolos nacionales, incluidos pasaportes, diplomas, placas de registro y sellos aduaneros, serán mutuamente reconocidos.
- Las partes se guiarán por los objetivos y principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los de “igualdad soberana de todos los Estados, respeto a su independencia, autonomía y integridad territorialel derecho a autodeterminaciónla protección de los derechos humanos y la no discriminación”.
- Cualquier controversia entre las partes se resolverá exclusivamente por la vía pacífica y se abstendrán de recurrir a la amenaza o uso de la fuerza.
- Ninguna de las partes representará a la otra internacionalmente ni actuará en su nombre. Serbia no se opondrá a la adhesión de kosovo a cualquier organización internacional.
- Ambas partes se comprometen a establecer disposiciones y garantías específicas “para asegurar un nivel adecuado de autogestión para la comunidad serbia de Kosovo“, incluida la posibilidad de apoyo financiero de Belgrado y un canal directo de comunicación de la comunidad serbia con el gobierno de Kosovo.
- el estatuto de la Iglesia ortodoxa serbia en Kosovo y se otorgará un fuerte nivel de protección a los sitios del patrimonio cultural y religioso serbio, en consonancia con los modelos europeos existentes.
- será intercambiado misiones permanentesque se establecerá en la sede del Gobierno respectivo.
- Creará un Comité Conjuntopresidido por la UE, para monitorear la implementación del acuerdo.
A pesar de que a finales del pasado mes de noviembre Serbia y la autodenominada región de Kosovo y Metojia alcanzaron un acuerdo para poner fin a la disputa sobre registros de automóviles y otros documentosLas tensiones entre las dos partes volvieron a escalar en diciembre tras el despliegue de la Policía de Kosovo en áreas pobladas principalmente por serbios étnicos, que Belgrado describió como abusos contra los serbios.
Kosovo se separó de facto de Serbia durante una guerra a fines de la década de 1990, después de que la OTAN, encabezada por Estados Unidos, lanzara una campaña de bombardeo contra el país en 1999.
Washington y muchos de sus aliados reconocieron a Kosovo como un estado soberano después de que su Parlamento votara para declarar el independencia oficial en 2008, pero Serbia y una serie de naciones, como Rusia, China o España, se niegan a hacerlo.