Paul Scriven, miembro liberal demócrata del parlamento británico, ha escrito a Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, una carta en la que discrepa con la federación sobre la prohibición de declaraciones políticas de los conductores y también para recordarle que no ha respondido a una carta firmada por 90 parlamentarios británicos el pasado mes de marzo, es decir, hace más de diez meses, sobre las implicaciones de las carreras de F1 en los países del Golfo para los derechos humanos, que a juicio de estos legisladores es una maniobra de ‘sportwashing’.
“Ha pasado casi un año desde que recibió esta carta, pero aún no hemos tenido la cortesía de su respuesta. Su falta de respuesta a nuestras serias preocupaciones es profundamente descortés y poco profesional. ¿Por qué cree que puede ignorar a los parlamentarios? ¿Cree que la FIA debería estar por encima de cualquier escrutinio? Le hemos escrito porque creemos que se trata de preocupaciones de interés público y esperamos transparencia de la FIA”, dijo Lord Scriven en su carta, y agregó que aún estaba esperando una respuesta. a la carta que le fue enviada el 16 de marzo.
Lord Scriven también expresa su preocupación por la prohibición de que los pilotos expresen su opinión sobre temas de índole política, “que solo sirve para proteger a los países que acogen la F1 del control de las injusticias”.
Para el parlamentario británico, esta prohibición va dirigida a pilotos muy concretos “y me parece que tiene en la mira a Sir Lewis Hamilton, el piloto más preocupado por estos temas”, por sus declaraciones sobre los problemas de derechos humanos en países como Baréin o Arabia Saudita.
Todo esto llega al mismo tiempo que saltan chispas en las relaciones entre la FIA y la Fórmula 1, ante los intentos de la federación por recuperar el control de la F1, defendiendo que tiene poder deportivo sobre la categoría y que también es la propietario de la misma, aunque haya sido arrendada a un promotor.
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