Hay restaurantes a los que me gusta volver, volver y volver. Uno de esos es el Restaurante Cántabro de la ciudad de Mar del Plata (Argentina).
Este tradicional restaurante acompaña la historia de Mar del Plata desde 1957, ubicado siempre en el mismo lugar, sobre Avenida Juan B. Justo 1782.
En la primera página de su menú nos cuentan su bonita historia:
El otro día fui a almorzar con dos compañeros con el objetivo de disfrutar de un muy buen almuerzo y hacer un vídeo para el blog, y así mostrarles de una forma diferente este lugar que tanto nos gusta.
En el vídeo al final de este artículo os detallo toda la experiencia, pero aquí os contaré brevemente algunas cosas.
Entrantes, platos principales y postre
Al principio pedimos una selección de pequeñas porciones de diferentes preparaciones, para poder degustar varias. Probamos algunos gambas al ajillo Eso fueron 10 (o tal vez 11) puntos, aproximadamente Gambas “Borgesas”cuando veas el vídeo sabrás el por qué del nombre del plato, y algunos sardinas españolas que venía sobre un pequeño colchón de cebollas.
Complementamos con un entrante calentito: unas cruz que estaban para chuparse los dedos.
Para los platos principales elegimos cosas serias. Estos son tremendos. conchiglioni relleno de queso brie y langostinos, cubierto con una divina salsa de azafrán. Pedimos un plato pequeño, no los grandes que siempre preparan, para poder probar diferentes preparaciones. Quien haya inventado este plato merece un premio, repito: ¡TREMENDO!
Otro plato fue merluza negra con verduras, el pescado llegó a su punto perfecto de cocción, en mantequilla, con alcaparras y almendras partidas, ¡una delicia! Me puse a recordar, revisé mentalmente los platos de pescado que probé en mis viajes a diferentes partes del mundo, y sin miedo a equivocarme debo decirles que este fue lo mas rico que he probado hasta ahora.
Al degustar estas preparaciones se comprende, se advierte y se valora la leyenda que aparece en cada página de la carta cántabra:
Todos nuestros platos son preparados al momento.
Cuando llegó la hora del postre no pudimos darle más, compartimos un delicioso crema catalana.
Todo ello en un lugar cálido, con una preciosa decoración, y siendo atendido en todo momento con un servicio cordial a la par que profesional.
Debo confesar que, como marplatense, me siento orgulloso de contar con propuestas gastronómicas de esta calidad en nuestra ciudad.
Aquí tenéis el vídeo con el relato detallado de la experiencia:
Y el mapa con la ubicación de este destacado restaurante:
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