La elección en la que el pueblo de Roca dio un nuevo mandato de cuatro años a María Emília Soria como jefe de la comunidad roca generalmerece varias lecturas e interpretaciones, pues al término de este segundo período, la familia Soria habrá quedado un cuarto de siglo frente al segundo municipio más importante de Río Negro.
Unas elecciones anticipadas que no despertaron emociones salvo en la dirección de los partidos políticos. Una elección que tuvo mayor ausentismo (Si todos los ausentes hubieran votado por la misma lista, hoy serían la segunda fuerza). Una elección que deja a Sorismo por otros cuatro años al frente de la segunda ciudad más importante de la provincia.
En un mes, la elección para la renovación de autoridades provinciales deberá mostrar la segunda foto que, comparada con esta, permitirá determinar -en términos individuales- si María Emilia Tiene proyección más allá del ejido municipal roquense (una construcción más onírica que real). Y, en conjunto, cuánta riqueza electoral retiene/pierde el sorismo.
Es apropiado preguntar cómo jugó Juntos somos Río Negro en la lucha por el poder local. Si pretendía arrebatarle el control a la familia Soria, el pobre resultado obtenido encuentra explicación en una de las estrategias discursivas.
carlos banacloy defendió una ciudadmenos aisladocon “todos los roquenses del mismo lado”. Si existe una isla es porque un trozo, una fracción de la tierra está más alta que el nivel del agua que la rodea. La tierra es Soria, el agua es albertismo. Entonces, ¿llamar a “todos” a estar “del mismo lado” es casi un anuncio de lo que vendrá y una descripción de los once años que ha manejado Weretilnek-Carreras? ponlo así, una advertencia de “peligro” no provoca empatía.
Por otro lado, si el interés por arrebatar el control local fue “discreto”, hay que recordar que,…
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