La belleza del ajedrez es que se puede jugar en cualquier lugar y con cualquier persona. Y así lo ha demostrado la ajedrecista iraní Sara Khadem, que este miércoles ha disputado unas partidas con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su encuentro en Moncloa.
La joven de 25 años vive en España desde principios de enero después de negarse a participar en la Copa del Mundo de Ajedrez Rápido en Kazajistán mientras llevaba el velo. Un gesto considerado una grave ofensa por parte de la teocracia iraní.
Ese gesto, captado por los medios, dio la vuelta al mundo y la convirtió en un símbolo de las protestas antigubernamentales en Irán. Ahora se encuentra exiliada en Madrid con su marido y su hijo de casi un año.
El encuentro entre Sánchez y Khadem coincidió con el día en que los Reyes de España celebraron la recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en el país y en el que el embajador iraní evitó estrechar la mano de la Reina Letizia durante su breve saludo ante los monarcas. .