Por primera vez en la historia de la Astronomía, un equipo internacional de investigadores ha detectado gigantescas ondas de choque, a escala galáctica, que sacuden la ‘telaraña cósmica’, la red universal de filamentos que conecta la gran mayoría de las galaxias conocidas. Estas ondas de choque podrían contener información valiosa sobre cómo se generó esta estructura, la más grande del Universo.
El hallazgo, recién publicado en la revista Science, fue posible gracias a que los astrónomos unieron miles de imágenes diferentes de diferentes radiotelescopios, revelando el débil ‘resplandor de radio’ producido por las ondas de choque que chocan con la Tierra. red cósmica.
Como una telaraña o un mapa de carreteras tridimensional, la telaraña cósmica está formada por innumerables filamentos de hidrógeno, materia oscura y galaxias que se cruzan entre sí. Grandes cúmulos de galaxias, a menudo con cientos de miles de miembros, tienden a formarse donde se cruzan varios hilos de esa red.
Durante las últimas décadas, los astrónomos han logrado cartografiar una parte de esa red cósmica, acercándose un poco más a las cuestiones más desconocidas de la astronomía. Uno de ellos es cómo se comportan los campos magnéticos en escalas tan grandes y qué papel juegan exactamente en la formación de grandes cúmulos galácticos. Ahora, el nuevo estudio proporciona, por primera vez, información sobre los misteriosos campos magnéticos que se extienden a lo largo de los filamentos de la red cósmica.
“Los campos magnéticos impregnan el Universo”, explica Tessa Vernström, autor principal del estudio, desde planetas y estrellas hasta los espacios más grandes entre galaxias. Sin embargo, muchos aspectos del magnetismo cósmico aún no se comprenden completamente, especialmente en las escalas que se ven en la red cósmica”.
De las secuelas del Big Bang
Surgidos de las caóticas secuelas del Big Bang, los filamentos de la red cósmica se formaron como cúmulos de materia a partir de las partículas y antipartículas del universo primitivo, cuya rápida expansión los ‘empujó’ hasta que formaron una estructura interconectada, como un inmenso tejido. araña, cuyos hilos se extienden alrededor de enormes espacios vacíos.
Sin embargo, lejos de estar inactiva, la materia que compone la red cósmica a veces puede chocar violentamente y, cuando lo hace, genera ondas de choque gigantescas que envían ondas de partículas cargadas que sacuden la red. Al hacerlo, emiten un débil resplandor en la longitud de onda de radio. Tales ondas de choque ya se han visto alrededor de algunos de los cúmulos de galaxias más grandes del Universo, pero nunca alrededor de la red misma.
Según Vernstrom, “Estas ondas de choque lanzan emisiones de radio que deberían dar como resultado que la red cósmica ‘brille’ en el espectro de radio, algo que nunca se ha detectado de manera concluyente debido a la debilidad de las señales”.
Para buscar señales tan sutiles, los investigadores utilizaron datos de 612.025 pares de cúmulos de galaxias, muchos de ellos lo suficientemente cerca entre sí como para estar conectados directamente por filamentos de telaraña cósmica. Esta agrupación ayudó a impulsar las débiles emisiones de radio de las ondas de choque más allá de los ruidosos efectos de fondo.
“Dado que muy pocas fuentes emiten luz radiopolarizada -explica el investigador-, nuestra búsqueda fue menos propensa a la contaminación y pudimos obtener pruebas mucho más sólidas de que lo que realmente estamos viendo son emisiones de ondas de choque de las estructuras más grandes del universo”. lo que ayuda a confirmar nuestros modelos para el crecimiento de esta estructura a gran escala”.
Ahora que se ha confirmado la existencia de las ondas de choque, se pueden utilizar para investigar la naturaleza de los enormes campos magnéticos que impregnan la rejilla, y también su papel, aún desconocido, en la formación del propio Universo tal como lo observamos. .