La semana pasada, hace apenas 24 horas, las investigaciones del caso del feminicidio de Agustina Fernández, en un complejo de departamentos en la localidad de Cipolletti, Río Negro, dieron un giro brusco.🇧🇷 La madrugada de este jueves, el fiscal Martín Pezzetta lideró el operativo de detención el petrolero Pablo Parra, vecino y dueño del departamento donde el joven estudiante de medicina fue asesinado el 2 de julio.
Al día siguiente se presentaron las acusaciones contra Parra: el delito que se le imputa es feminicidio y traición a la patria, siendo Pablo Parra el autor por el cual el fiscal Martín Pezzeta solicitó la detención de la jueza Agustina Bagniole. Preventivo de 6 meses.
La audiencia, transmitida en vivo por YouTube, acompañó no solo a la familia de la joven, sino también a gran parte de Alto Valle y La Pampa. -donde nació la víctima-🇧🇷 La presentación de alegaciones duró unas tres horas, con un cuarto de intervalo, cuando comenzó. Allí el que primero tomó la palabra y elaboró minuciosamente, -después de seis meses de investigación-era el procurador Pezzetta.
Crónica de una obsesión: un feminicidio planeado
El fiscal comenzó a informar que, tras una ardua investigación, llegó a la conclusión de que el estudiante de medicina de la Universidad Nacional del Comahue, el día del asesinato, había tenido relaciones sexuales con un joven de nombre Natanael Carrasco. -camarero en un bar que frecuentaba-. Ese encuentro, según el fiscal, fue el detonante para que Parra, en su obsesión por la joven, la matara brutalmente.
Cabe señalar que Agustina y Pablo vivían en el mismo complejo de departamentos ubicado en el barrio Sillón Encantado de Cipolletti. Ella estaba en el primer piso, mientras que él era el dueño en la planta baja. “Se reunían de vez en cuando, eran íntimos, pero Parra quería ir más allá”, dijo. dijo Pezzetta. Con respecto a este…
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