A poco más de un año de la Juegos Olímpicos de Parísél El río Sena es el centro de atención: dos competiciones de natación se llevarán a cabo en el río, entre el puente Alexandre III y la Torre Eiffel.
El problema es que bañarse en el Sena está prohibido desde hace 100 años por la calidad del agua. Por ello, las autoridades públicas han decidido poner en marcha un plan de 1.400 millones de euros para cambiar esta situación.
La prioridad de la descontaminación del Sena es solucionar el problema del agua de lluvia. Después de cada tormenta, provoca que las alcantarillas se desborden hacia el río a través de túneles.
Hay varios proyectos en marcha, como la construcción de un gran estanque de retención: 50.000 m3 de capacidad, subterráneo en París.
“El objetivo de la balsa es llenarla gracias a un interceptor que interceptará el agua de lluvia antes de verterla al Sena. Y después de la lluvia, se vaciará mediante un sistema de bombeo hacia la depuradora. Esto evitará volúmenes de agua contaminada para el Sena y, como esa agua está contaminada con una carga bacteriológica, podremos cumplir con los criterios sanitarios -no ambientales sino sanitarios- para bañarnos”.explica Samuel Colin-Canivez, jefe de Obras Mayores para el sistema de alcantarillado de París.
Una directiva europea establece la cantidad máxima de bacterias fecales, que funciona como indicador de la calidad del agua para un baño seguro. En París todavía hay demasiados. Pero este científico es optimista.
“Creo que está bastante bien, dada la cantidad de habitantes de la cuenca del Sena y el bajo caudal. Obviamente, todavía hay cosas por hacer, estamos hablando de bacterias fecales, se están haciendo cosas, también hay algunos productos químicos. “Pero hubo décadas en las que no nos importó mucho la calidad del Sena. No fue hasta los años 70 cuando los esfuerzos fueron mucho mayores y hoy casi hemos llegado a este estado apto para el baño”.dice a Euronews Jean-Marie Mouchel, hidrólogo y profesor de la Universidad de la Sorbona.
Hay conversaciones en curso sobre la futura distribución del río, entre barcos y bañistas. Veinte playas están en proyecto en toda la región. El ayuntamiento de París espera levantar la prohibición de bañarse para 2025.
¿Podrán pronto los parisinos darse un chapuzón en el Sena para refrescarse? Todavía les resulta difícil de creer. No es la primera vez que se hace una promesa así y nunca se ha cumplido.