La duodécima jornada de protestas contra la reforma de las pensiones atrajo a menos manifestantes que en las anteriores en vísperas del esperado dictamen del Consejo Constitucional sobre la impopular reforma que eleva la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años.
Según los números del sindicato CGT en Francia hubo 1,5 millones de manifestantes en las 280 protestas, frente a los 2 millones de la convocatoria anterior del 6 de abril.
Pero según datos de la Prefectura, se contabilizaron 380.000 manifestantes en toda Francia, la segunda cifra más baja tras la del 11 de marzo (368.000).
Fabien Villldieu, miembro del sindicato Sud-Rail, afirma: “Debemos salir de esta situación. Y el mejor camino es el retiro de la ley, ya sea por el Consejo Constitucional o por la movilización, que queremos mantener. “
El Consejo Constitucional decide el viernes si valida, total o parcialmente; o no la controvertida ley. El Gobierno alega que la reforma es necesaria para mantener el sistema de pensiones. Durante la protesta en París, los manifestantes invadieron brevemente la sede de la empresa LVHM para exigir que su propietario (Bernard Arnaud, el hombre más rico del mundo) pague más impuestos y así reducir las lagunas en el sistema.