Soldados israelíes acordonaron la casa de la familia del palestino de 21 años que mató a siete personas cerca de una sinagoga en el este de Jerusalén, antes de su demolición, una de las medidas del gobierno para derogar ciertos derechos de los familiares de los atacantes palestinos.
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha anunciado una serie de represalias, incluida la supresión de los derechos de seguridad social de “las familias de los terroristas que apoyan el terrorismo”, dijo, y agregó: “paralelamente, estamos ampliando y acelerando la emisión de licencias de armas para miles de ciudadanos israelíes, y eso incluye los servicios de emergencia”.
“No buscamos una escalada, pero estamos preparados para cualquier eventualidad. Nuestra respuesta al terror es mano dura y reacción contundente, rápida y precisa”, dijo.
Más casas palestinas han sido demolidas en Jerusalén Este. Israel afirma que fueron construidos sin permiso.
Las demoliciones del domingo se producen en medio de un fin de semana mortal en el que siete israelíes murieron y otros cinco resultaron heridos en dos tiroteos separados en Jerusalén.