“Baño de mar. Locura”. Así definió que alguna vez Juana Viale (40) el ingrediente principal de un día de playa perfecto. Apasionada de la naturaleza y la vida al aire libre, la actriz, nieta de Mirtha Legrand, Terminó en Uruguay para escribir el capítulo final de sus vacaciones de verano (a principios de enero estaba en el Sur). Allí sigue recargando pilas con su madre marcela tinayresu hija Ámbar y su inseparable perro Tota en “Casablanca”, el refugio familiar de José Ignacio.
Luego de tres años de noviazgo y luego de que él, que es arquitecto, terminara de construir una casa en San Isidro donde planeaban vivir juntos, Juanita y Agustín Goldenhorn (44) decidieron tomar caminos diferentes. Aunque ninguno de los dos confirmó la noticia, desde su círculo íntimo aseguran que la pareja está “muy separada” desde finales del año pasado. De hecho, ella pasó los primeros días de enero en la Patagonia, mientras Agustín estaba en Punta. Otros, en cambio, ponen la ruptura en suspenso y hablan de “distancia” y de que “se estarían tomando un tiempo”.
¿PRINCIPIO Y FIN?
Juana y Agustín se conocieron en una cita a ciegas en 2019 y el flechazo no se hizo esperar. “Me enamoré como un tonto”, dijo el conductor entre risas durante la noche de mirtha. El arquitecto, referente de la construcción minimalista y sostenible, padre de dos hijos, músico y exintegrante de la banda Falsos Profetas, había conquistado el corazón de la hija de Marcela Tinayre. “Es una persona muy buena y cariñosa”, confesó en su momento Juanita.
Los rumores de boda no se hicieron esperar. Divertida, Juana se animó a tocar el tema sin entrar en detalles. “Me propusieron (matrimonio), pero será cuando se pueda, en la forma que se pueda… Y estoy convencida. Solo estoy esperando el momento preciso y oportuno para hacerlo”, reveló cuando estaba a cargo de Almorzando con Mirtha Legrandreemplazando a su famosa abuela.
Completamente comprometido con su noviazgo, Agustín se entusiasmó con la idea de que la casa de diseño minimalista y planta circular que estaba construyendo en el norte de Buenos Aires fuera un nido para ambos, y nombró a la obra “Casa Gitana”. ”. “Todo es circular, todo llega, todo va”, escribió en su cuenta profesional de Instagram donde mostró paso a paso el avance de los trabajos. Hace apenas cinco días publicó las últimas postales del proyecto terminado, donde la piscina, las ventanas y el jardín interior destacan por su forma curva. La casa, en la que tenían previsto seguir sumando horas a su amor, está lista para ser habitada. Ahora el tiempo dirá cuál será su destino.
LA NACIÓN